martes, 27 de octubre de 2015

El Libro de Turian - Tomo V

Bienvenido, lector, al quinto tomo de mi libro.
Éste escrito con una pluma aureorojiza.


Glifo del Fénix

Sí, los fénix existen, aunque no hayan sido vistos por humanos. Leyendas hablan de aves del tamaño de un águila con plumajes con los colores de una llama; desde el amarillo y el rojo hasta el verde y el azul. Aves mágicas, portadoras del fuego del renacimiento.


No hay mucho misterio en este glifo. Su costo de 45 Esquirlas es elevado pero su efecto bien puede valer la inversión. Generar una Carga extra le resulta útil a cualquier Personaje y suele venir bien en cualquier momento de la partida, pero puede resultar demasiado caro a menos que tengas una estrategia específica en mente.

Nicci es una gran opción para llevar este glifo, y una de mis favoritas. Ella genera una cantidad decente de PA por turno y su Técnica Pasiva, Voz Melodiosa, le permite regenerar PA adicionales al usar sus Técnicas Activas. Ello le permite utilizar todas sus Técnicas con mayor frecuencia incrementando notablemente su utilidad, alteraciones e incluso su daño mágico potenciando a sus aliados y perjudicando a sus enemigos.

Otro Personaje que puede gozar de este glifo es Agnes. Ella tiene la capacidad única de causar daños sin importar dónde se encuentre el enemigo gracias a sus Técnicas Activas, pero cuando llega el momento del combate cuerpo a cuerpo sólo puede contar con Ataque Sorpresa. Generar una Carga extra le permite asegurarse de utilizar Asalto en Picado y Asalto Aéreo antes que un Personaje enemigo particularmente móvil se trabe en combate con ella.

Personajes como Gwyneth, Harmut y Darek pueden agradecer mucho este glifo, así como cualquier otro con Técnicas Activas que sean decisivas para ellos.






Se cuenta que las lágrimas, las plumas e incluso el canto de un Fénix tienen propiedades mágicas. Algunos alquimistas venden las llamadas Lágrimas de Fénix, pociones de efectos milagrosos pero potencialmente letales, pero nadie ha confirmado que realmente sean lágrimas de una de éstas aves.

domingo, 25 de octubre de 2015

La Reliquia - Parte I

La Reliquia

Parte I 


Dalcania, Oeste de la ciudad:


Noche cerrada, fría y húmeda por la espesa neblina que había bajado de las montañas a la caída de la noche. Tiritaba bajo la capa y se arrepentía en silencio de no haber tomado medidas al respecto; no tenía excusa, se había emocionado tanto ante la carta recibida que había olvidado todo lo demás. De hecho, estuvo a punto de olvidar también la capa.
Siempre que la niebla descendía Dalcania se cubría con un velo espectral. Algunos decían que era un fenómeno antinatural, otros que la neblina era creada por hechiceros malvados en las cumbres de la Montañas Blancas, y otros juraban haber visto que en realidad venía del mar del este, trepaba por la cordillera y se derramaba en el valle.
A él poco le importaba. La neblina lo había inspirado una o dos veces, y el resultado había sido, más allá de algunos accidentes, excelente. Para la mayoría de ciudadanos, no obstante, la niebla era siempre un signo aciago. Y hacían bien en considerarla así, pues muchos habían muerto cuando ella visitaba la ciudad.
Y él se enorgullecía de haber causado algunas de ellas, las más misteriosas, las inexplicables. Para entretenerse mientras caminaba rápidamente por el empedrado callejón repasó mentalmente las pócimas utilizadas en cada ocasión, y los efectos con los cuales sus víctimas tuvieron que lidiar.
Se detuvo en una esquina y se tomó unos momentos para mirar alrededor y escuchar atentamente. La única luz provenía de la luna llena, los únicos ruidos eran los correteos asustados de las ratas; incluso las tabernas estaban cerradas y silenciosas, y sus habituales parroquianos encerrados en sus casas.
Volvió a caminar, más lento esta vez. Sabía a dónde se dirigía; ya una vez habían requerido de sus servicios. El trabajo había sido emocionante, y la paga bastante buena. Pero a juzgar por el contenido de la carta esta vez lo requerían para algo más grande y ambicioso; no sabía qué y no había detalle alguno, lo que no era extraño pues aquel empleador odiaba los detalles. Eso a él le gustaba, pues podía añadir todos los detalles que se le ocurrieran de la manera que se le ocurriera.
La puerta de la casa estaba cerrada y de las ventanas protegidas por contraventanas no se colaba ni el más pequeño haz de luz. Sacó la llave de hierro que había acompañado la carta y entró pisando con cuidado. Pequeñas velas en el piso lo guiaron a una puerta, un corredor y finalmente otra puerta que conectaba a una estancia iluminada. Oyó voces, y entonces supo que no era el único invitado. Su emoción decayó; prefería trabajar solo.
Era una habitación de buen tamaño, paredes desnudas y suelo cubierto por gruesas alfombras apolilladas. Antorchas iluminaban los adustos rostros de los allí presente, y al otro extremo, sentado en las sombras detrás de un macizo escritorio, se vislumbraba la silueta de una persona.
Cerró la puerta tras de sí con el talón y movió las manos con cierto nerviosismo hacia su cinturón, examinando los rostros de todos aquellos que habían girado las cabezas hacia él no bien entró. Debía haber siete personas ahí. La atmósfera, pesada e inquieta, se tensó aún más cuando un par de hombres que debían ser hermanos lo reconoció y se llevaron las manos a sus cimitarras.
—Paz, caballeros—dijo una voz que no provenía de ninguno de ellos—. Todos han sido llamados a cumplir un trabajo y espero que antepongan su profesión a sus historias personales. Los hermanos gruñeron y soltaron los pomos de sus armas. Él los reconoció de inmediato; antes de encontrarse con él la primera vez habían sido cinco hermanos—Te tomaste tu tiempo, Ilkan. Bien, bien, ya están todos.
El hombre en las sombras se agitó y tamborileó en la mesa, provocando que todas las miradas se posaran en él. O casi todas. Por el rabillo del ojo vio que un hombre alto y fuerte de melena pelirroja, barba trenzada y envuelto en la piel de un oso de las cavernas le clavaba los ojos. No lo conocía; recordaría a cualquier mercenario con ese aspecto.
—Hay un objeto en esta ciudad, una reliquia que quiero poseer, pero desafortunadamente no está al alcance de mi mano—continuó el patrón—. Yace en la mansión de la familia Brannor. Quiero que me la traigan. Esta noche.
— ¿Eso es todo?—preguntó uno de los presentes con una sonrisa torcida— ¿Todos nosotros para escabullirnos y robar una baratija?
—No soy el único que conoce de su existencia—replicó—. Y tampoco soy el único que la desea. Esta es una noche especial para los Brannor, y estoy seguro que otros tratarán de aprovecharla. No me importa cómo, pero desháganse de ellos.
— ¿Por qué es una noche especial para ellos?—preguntó una mujer delgada con un arco largo y un carcaj escondido a medias tras el capuchón que le ocultaba el rostro.
—Celebran el retorno de dos de sus miembros, quienes vivieron por unos meses en Vestergard—fue la respuesta.
—La reliquia, ¿cómo es?—preguntó uno de los hermanos— ¿O debemos saquear la mansión?
—Un pebetero, grande como la cabeza de un hombre—contestó el aludido—. La quiero para el amanecer, y no me importa si la mansión sigue en pie para entonces.
—La recompensa, ¿cuántas Esquirlas para los que sobrevivan?—preguntó el otro hermano.
—Dos mil Esquirlas para cada uno. Alguien silbó por lo bajito. Varios intercambiaron miradas codiciosas—. Ilkan, conoces la ciudad como la palma de tu mano; guíalos. Eso es todo. Con la garganta reseca e incapaz de ocultar su disgusto asintió con un gesto y encabezó el andar a la salida.

—Ni se te ocurra llevarnos a una trampa, desgraciado—le siseó uno de los hermanos en el pasillo—. Te estamos vigilando. Ilkan sonrió con malicia, pero nadie pudo verlo.

jueves, 15 de octubre de 2015

El Libro de Turian - Tomo IV

Bienvenido, lector, al cuarto tomo de mi libro.
Respondiendo a una carta que llegó a mis manos recientemente: no, no revelaré el proceso de creación y grabado de los glifos. Pero no desesperes, pues de todas formas no es algo que tu lamentablemente pequeña mente pueda entender.


Glifo de Vitalidad

Hace muchos siglos mi pueblo comprendió que cada ser vivo alberga en su interior una fuente de vitalidad espiritual, y que su fortalecimiento influye directamente en su cuerpo. Así fue creado el Yre’Tralham, el Glifo de Vitalidad.


Sin duda alguna este es uno de los mejores glifos “para toda ocasión”, pues valdrá cada Esquirla invertida sin importar lo que su portador enfrente, aunque sí es cierto que en situaciones específicas o en Personajes determinados hay otros tantos que pueden venir mejor.

Por 40 Esquirlas el Glifo de Vitalidad añade un importante +5 a la Armadura y +3 a la Resistencia, ambas perfectas para Personajes que deben estar en medio de la batalla y necesitan mantenerse en ella el mayor tiempo posible. Además, el Aura de Vitalidad añade +15 a la Salud de portador, haciéndolo aún más resistente a todo tipo de daño.

Owain es siempre una gran elección para llevar una Indumentaria con este glifo grabado. Con él su Salud, su Armadura y su Resistencia se incrementan considerablemente, haciéndolo extremadamente difícil de echar abajo. El Aura de Vitalidad le permite resistir mejor los embates de los Personajes enfocados en causar daño mágico y sobrellevar mejor el efecto perjudicial de su Técnica Pasiva Golpe Poderoso.

Un Personaje que es sorpresivamente efectivo con este glifo es Ilkan. Él puede causar muchísimo daño con sus Técnicas Activas pero éstas tienen poco rango, su Pasiva es sólo útil en combate cuerpo a cuerpo y su Magia y Fuerza es pareja, lo que lo hace bastante capaz de utilizar una variedad de armas, no sólo cetros. A cambio tiene poca movilidad, y su Armadura, Resistencia y Salud son mediocres, pero potenciadas por la Indumentaria y el Glifo de Vitalidad se incrementan notablemente. Además, su Pasiva Sangre Ponzoñosa combina bastante bien con el Aura de Vitalidad.
Otros tantos Personajes pueden aprovechar las virtudes de este glifo, como por ejemplo Lorik, Kaia y Seawulf, sólo experimenta y de seguro encontrarás alguna combinación efectiva.





Se cuenta que tras la creación del Yre’Tralham otro glifo fue creado, uno para evitar que la vitalidad se descontrolara. ¿Cómo puede descontrolarse la vitalidad?, y de todas formas, ¿qué es lo que la controla?

viernes, 9 de octubre de 2015

El Libro de Turian - Tomo III

Bienvenido, lector, al tercer tomo de mi libro.
No voy a ocultar mi sorpresa ante las tres cartas selladas que ciertos individuos enviaron a mi morada recientemente, y menos aún el destino que tuvieron. Una la leí con honesto interés, otra la arrojé a la hoguera y la otra se la entregué a su verdadero destinatario.


Glifo de la Corteza

Cuando Raognalth era joven y los bosques lo inundaban como un océano esmeralda no importaba qué tan solitario fuera el caminante; él nunca caminaba solo. Yre’Leanny, el Glifo de la Corteza, conjura la protección de los espíritus de aquellos árboles imperecederos.


Es innegable el poder de los Personajes que se enfocan en las Armas de Proyectiles, como las ballestas, y este glifo es, quizás, la mejor medida para lidiar con ellos. Por 30 Esquirlas la Indumentaria donde sea grabado obtiene un +2 a la Armadura y un Aura increíblemente útil.

El Aura de la Corteza otorga un +4 adicional a la Armadura ante ataques y Técnicas realizadas con un Arma de Proyectiles. Grabado en unas simples Ropas de Cuero le da al Personaje Armadura 8 ante esos ataques, lo suficiente como para reducir considerablemente el riesgo de ser retirado como baja a consecuencia de un tirador avispado.

De todos los Personajes que pueden aprovechar al máximo este glifo Kaia es de mis favoritos. Su Armadura es baja y de todos aquellos que se enfocan en dañar al enemigo mediante Armas de Proyectiles ella es la que tiene menor rango, por lo que puede perder mucha Salud ante oponentes con mayor rango sin siquiera poder contraatacar. Este glifo le permite desenvolverse mucho mejor en esas situaciones, y combinado con su gran movilidad, su Lanzamiento de Jabalina, sus Trampas y sus capacidades de combate cuerpo a cuerpo la hacen un oponente temible para esos Personajes.

Lilian se beneficia mucho de este glifo. Muchísimo. Su Armadura es muy baja y tiene poca Salud y movilidad, a cambio de tener un enorme poder destructivo, por lo cual suele ser un blanco prioritario de los tiradores quienes, además, usualmente la superan en rango. El Aura de la Corteza puede salvarle la vida y ser la diferencia entre una partida ganada y una perdida. Tan simple como eso.

Cuando consideres que un Personaje en tu Grupo es particularmente vulnerable ante los proyectiles del enemigo considera grabarle el Glifo de la Corteza en su Indumentaria; no te arrepentirás. Si por el contrario los proyectiles enemigos no son una amenaza real para tu Grupo evítalo e invierte esas Esquirlas en otra cosa, pues estarás desperdiciando su Aura.




Se dice que los bosques están aletargados, pero siendo posible sentir el abrazo de algunos árboles milenarios quizás signifique que están despertando.